Apúntate este plan y vente en Metro a la exposición “El Muro de Berlín. Un mundo dividido”
Un mural doble de 40 metros cuadrados acerca la historia y las múltiples experiencias vividas durante la Guerra Fría a uno de los accesos de la estación, el que da la Fundación Canal, convirtiéndola así en la antesala de la gran exposición de esta temporada: “El Muro de Berlín. Un mundo dividido”.
Si todavía no has ido a verla, te recomendamos que lo hagas en Metro para que el viaje a esta parte de la historia sea totalmente completo y puedas revivir lo ocurrido en el suburbano de la capital alemana durante la Guerra Fría.
El mural sirve para rememorar el papel relevante y polifacético que ostentó el metro de Berlín a lo largo de la época del Telón de Acero: desde el enfrentamiento en la década de 1950 entre las dos potencias mundiales, Estados Unidos y la Unión Soviética, hasta los posteriores 30 años de división de la ciudad alemana. De esta forma los pasajeros pueden sumergirse en el conflicto y descubrir cómo los berlineses empleaban las estaciones como vía de escape, como refugio ante los distintos ataques o como herramienta para el contrabando.
Por su posibilidad de conectar Berlín Este y Oeste, muchos habitantes aprovecharon el sistema de metro para escapar antes y después de la construcción del Muro en 1961. El mural también destaca cómo los berlineses utilizaban las estaciones de metro para protegerse de los ataques nucleares aéreos durante la II Guerra Mundial.
También, esta acción permite aproximarse a la faceta de Berlín como “ciudad de los espías” al contar con sus fronteras abiertas durante la década de 1950. En este sentido, el metro era una vía discreta que los agentes de inteligencia de los bloques enfrentados usaban para camuflarse entre los civiles.
En el mural también están presentes las historias de las “estaciones fantasma” de Berlín, paradas de metro del sector oriental por las que discurrían las líneas que llevaban a los pasajeros de una estación de metro de Berlín Occidental a otra y que, con el levantamiento del Muro, se inhabilitaron. Debido al cierre abrupto, estas estaciones conservan el estado original en el que se encontraban en 1961 y, a día de hoy, funcionan como “máquinas del tiempo” para viajar a esa época, al igual que ocurre en Metro de Madrid que cuenta con su propia Estación Fantasma, convertida en museo en el que poder viajar a los años 60.