Puesto de Control Central de Alto del Arenal

Así éramos, así somos: el Puesto de Mando

Metro tiene cerebro, es el Puesto de Control Central. Hoy controla el tráfico de más de 300 estaciones e integra los sistemas de seguridad, vigilancia, gestión de energía e información al viajero de toda la red, pero su embrión fue una pequeña sala en Sol repleta de teléfonos y sin ordenadores. ¡Viaja con nosotros en el tiempo y sorpréndete!

El primer Puesto de Mando que tuvo Metro abrió en 1967 en la estación de Sol. Allí se estrenó el primer sistema CTC (Control de Tráfico Centralizado), lo que supuso todo un hito, y eso que en ese momento no se podía conocer el posicionamiento de los trenes más allá de la información que telefónicamente enviaran los jefes de estación.

Veamos una foto de aquellos primeros años del puesto de mando. ¿Hay algo que llama la atención? En primer lugar, la falta de un elemento hoy imprescindible en cualquier oficina y más aún en un centro de este tipo: los ordenadores. Parece mentira, pero todavía faltaban 15 años para que el primero entrara en Metro.

Puesto de mando de Sol en los años 70

Y, por supuesto, los teléfonos. Los hay de heraldo, con su inconfundible disco marcador, y esa curiosa consola con auricular y micrófono: el teléfono selectivo. Servía para comunicarse directamente con el personal de estaciones o con los conductores, hoy maquinistas de tracción eléctrica, y tenía la particularidad de que permitía hablar a la vez con varios interlocutores.

Puesto de Mando de Pacífico

El siguiente paso fue la apertura del Puesto de Mando de Pacífico, en 1982, que supuso un gran salto porque se pasó de no ver ningún tren o alguno de vez en cuando a ver por dónde iba cada uno de ellos y poder controlarlos y pararlos. De hecho, allí fue donde se estrenó el primer ordenador que llegó a Metro.

Puesto de Mando de Pacífico en los años 90

Además, se consiguió disponer de muchos elementos más de telecontrol y mando de los aparatos de vía. Poco a poco se fueron incorporando nuevos avances y así, por ejemplo, allí se presentó el primer radioteléfono en una rueda de prensa que, como vemos en esta foto, causó sensación:

rueda de prensa de presentación del radioteléfono

La incorporación del radioteléfono fue un hito muy importante porque permitió una comunicación permanente con los conductores, los mandos intermedios (ahora jefes de línea) y el personal de estaciones. Álvaro Prieto, coordinador de aplicaciones y explotación de sistemas del Puesto Central, destaca que supuso un gran avance para la operación de líneas, porque agilizó la resolución de averías y la respuesta ante incidencias.

Despacho de Cargas de Quevedo

Pocos años después, en 1986, se avanzó un poquito más con la apertura del Despacho de cargas de Quevedo, que se complementó con la incorporación al vestíbulo de Pacífico del Puesto de Control de Estaciones y Seguridad de Metro.

Prieto señala que en Quevedo se empezaron a telemandar las subestaciones eléctricas, es decir, se empezaron a controlar todas a través de equipos informáticos. Esto supuso uun cambio fundamental en la compañía, porque, señala, “antes en todas las subestaciones eléctricas había dos personas 24/7 los 365 días, un oficial y un ayudante, y para todas las maniobras había que llamar por teléfono a la subestación. Si la incidencia implicaba a varias el encargado de subestaciones tenía que llamar a cada una de ellas”. De esta forma, añade, “igual que fue un hito poder ver los trenes, regularlos y cerrarlos, esto también lo fue a nivel de personal, que se redistribuyó por escaleras, material móvil…”.

Así era el despacho de cargas:

Despacho de cargas de Quevedo en el año 2000

Allí también se instauró la telemedida, que permitía saber el consumo a distancia. Y esto fue posible porque allí, explica, “comenzó la informatización de la Operación de Metro de Madrid, se empezaron a diseñar los primeros programas”.

El primero de ellos estuvo destinado a gestionar los presupuestos de energía, que agilizó enormemente un trabajo que antes llevaba días. También se desarrollaron aplicaciones para el consumo suministro eléctrico, facturación de alta y baja tensión, el control de personal, el parte diario del jefe de turno… Y lo que Jerónimo Palacios, responsable de información y explotación de sistemas, destaca como una revolución: el cálculo de coche/kilómetro. “Antes todas las salidas de trenes se registraban a mano, con un estadillo que se llevaba por valija al negociado de movimiento en un disquete de 3,5. Con el nuevo programa se pasó de tardar en tener los datos un día entero o dos a disponer de ellos en el mismo día”, explica.

1993: Mensajes por megafonía

Palacios también comenta que en 1993 tuvo lugar otro hito importante, pues se decidió empezar a dar mensajes a los usuarios a través de la megafonía de los trenes. “Para ello pusieron un casette en cada una de las líneas y cada cierto tiempo había que mandar a todos los trenes un mensaje que se estaba reproduciendo en una cinta”, señala.

Hasta entonces para enviar mensajes a los usuarios se recurría al radioteléfono de los maquinistas, que lo pasaban a la megafonía.

“Como ya estaban en auge las tarjetas de sonido se diseñó un programa que estaba conectado con la transmisión que hacía el Puesto Central y ahí se podía formar cuando teníamos una incidencia a base de trozos de audio. Se podía componer un audio entero para comunicar al viajero la incidencia, le iba mostrando las posibilidades: línea, estaciones… entre… Había mensajes institucionales que se grababan, como ‘compre su abono antes del día 25’ pero otros había que formarlos y para ello se diseñó un TTS (Text To Speech) casero en el que seleccionabas un texto y te hacía la composición”.

Con el nuevo siglo llega Alto del Arenal

Y así llegamos al siglo XXI con el paso definitivo, la entrada en servicio del Puesto de Control de Alto del Arenal, coincidiendo con la ampliación de la L1 entre Plaza de Castilla y Congosto y la entrada en servicio de esta estación.

En este centro ya se unificaron todos los puestos o telemandos y así se integró todo en un mismo lugar: el control de trenes, estaciones y energía, la seguridad, la coordinación con emergencias e incluso la información al viajero, con la implantación del SIV, el Servicio de Información al Viajero.

Además, se incorporaron a este Puesto Central la megafonía centralizada y el Circuito Cerrado de Televisión CCTV y se integró en él el Sistema de Telecontrol Centralizado de Estación (TCE), desde el que se gestionan todas las instalaciones de metro: maquinas billeteras, escaleras, alumbrado, sistemas contra incendios… Este sistema permite enviar órdenes sobre elementos, por ejemplo para arrancar o parar escaleras, así como ver el estado de los elementos de la estación.

Como vemos, desde que se pusiera en marcha en 1967 el primer puesto de control en Sol el “cerebro” de Metro no ha dejado de evolucionar. Hoy es referente y ejemplo a seguir a nivel internacional, como avalan las numerosas delegaciones de todo el mundo que cada año lo visitan. Y sigue avanzando. El próximo paso vendrá de la mano de la estación 4.0, que ya se ha estrenado en Gran Vía, pero eso ya lo dejamos para un próximo capítulo.