El logo de Metro, un siglo siendo icono de Madrid
En 1919, los primeros trenes de Metro lucían el escudo de la Compañía Metropolitana Alfonso XIII, como se aprecia en esta imagen de la inauguración, pero muy pronto surgió la necesidad de crear un logo más fácil de identificar.
En su diseño, Antonio Palacios se inspiró en el roundel del Metro de Londres, con la intención de transmitir una imagen de Madrid como ciudad moderna y europea. Mantuvo los colores rojo y azul, que aunaban claridad, sencillez y dinamismo, y sustituyó el círculo por un rombo perfecto. Era 1921.
Originalmente la palabra METRO se escribió en maýusculas, y, aunque modificó su tamaño en algunas ocasiones, no fue hasta los años 80 cuando cambió, acercándose a la imagen que mantenemos actualmente.
Antes de esa fecha, Metro contó temporalmente (entre 1931 y 1939) con un logo totalmente diferente, de color granate y formado por dos M enmarcadas en una C, siglas de Compañía Metropolitano de Madrid. Es el logo que se conserva en este tren clásico que se expone en la estación de Alto del Arenal (L1).
Como avanzábamos, en los años 80 Metro inició un proceso de modernización de la mano del diseñador Arcadi Moradell. Para el logo se optó por colores planos y letra helvética minúscula. Además, las líneas empezaron a diferenciarse por colores.
El rombo de Metro se ha convertido en un icono de la ciudad, presente en los accesos de todas las estaciones y fácilmente identificable. Desde hace más de un siglo mantiene su forma y sus colores, aunque en los últimos años se ha convertido en objeto de distintas iniciativas.
Así, por ejemplo, en 2018 Metro lanzó un concurso para elegir el logo de la compañía por la celebración de su Centenario. La ganadora de este diseño tan original fue Azucena Herranz Bartolomé.
También en los últimos años Metro ha modificado de forma permanente los colores del rombo en dos estaciones: Chueca, donde se han sustituido por los de la bandera LGTBI, y Plaza de España, que acoge la bandera de España.
Y también dentro de diferentes campañas el rombo de Metro ha acogido de forma temporal otros colores (como el verde por la celebración del Día de San Patricio) o las figuras de Garfield y los Cazafantasmas.
Porque, como el propio Metro, su logo ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, sin perder nunca su esencia, esa que le hace único y que le ha convertido en un icono de Madrid.