
El plano de bolsillo, guía inseparable para viajar en Metro
21/07/2022 - La historia de los planos de bolsillo de Metro está íntimamente relacionada con los mapas de Metro; de hecho, son una especie de versión en pequeño formato, pero dotados de un diseño, simbología y pictogramas que mejoran la comprensión de toda la información. Si nos remontamos a los primeros tiempos de Metro, en 1919, con la Línea 1 recién inaugurada, nos encontraríamos con el primer mapa o plano del suburbano del que tenemos conocimiento, que informaba sobre las primeras ocho estaciones de la línea 1, entre Sol y Cuatro Caminos.
Desde aquel primitivo plano de Metro, con los años y la complejidad del trazado que iba tomando la red del suburbano, los diseños fueron pasando de los esquemas básicos a las versiones realizadas sobre base cartográfica. En las siguientes imágenes podemos ver unos ejemplos correspondientes a planos de los años 1940, 1945 y 1952.
En el plano oficial de los años 70 se podían apreciar claramente los trazados de todas las líneas resaltados sobre el plano callejero, lo que supuso un avance al permitir una completa visualización de la red junto a los elementos más característicos de Madrid.
Ya desde principios de los años 80, el uso de los planos estaba muy extendido entre los viajeros de Metro y la compañía fomentaba su empleo como método para facilitar los trayectos. De hecho, los planos se convirtieron en una forma barata y eficaz de ofrecer datos útiles, con una mejor visualización y nueva información sobre la red. En la siguiente imagen podemos ver la publicidad que animaba en 1980 a solicitar el nuevo plano guía.
No está muy claro cuáles fueron los primeros antecedentes de los planos de bolsillo de Metro, pero con seguridad sabemos que su diseño actual está inspirado en el creado por Arcadi Moradell en 1982, dentro del proceso de rediseño general de la imagen de la compañía, que dio como resultado la actual identidad corporativa, incluyendo la señalética. Durante este proceso se definieron los colores y la tipografía, además de otros cambios que en muchos casos se mantienen vigentes y pueden verse reflejados en la red.
El alcance y el impacto del plano de bolsillo entre los viajeros era imparable. En 2001, el diseñador Juan de la Mata realizó un nuevo plano esquemático que se iría actualizando en función del crecimiento de la red. Uno de sus elementos más distintivos era el formato de tríptico, en tamaño bolsillo, que lo hacía muy fácil de llevar. Era un plano funcional y legible, con esquemas simples y zonas reconocibles, además de una buena iconografía.
En 2007, el plano sufrió un cambio radical. Desarrollado por Rafael Sañudo, del estudio RaRo, tenía un diseño inspirado en el de Londres, donde mandaban las líneas rectas. En él se eliminó la proporcionalidad en las distancias y la ubicación real de las estaciones. Abajo, imagen del plano esquemático introducido en 2007.
Finalmente, en 2013 Metro decidió recuperar el plano esquemático tradicional, incluyendo nuevos iconos para las estaciones accesibles, así como para los aparcamientos disuasorios, las nuevas líneas de Metro Ligero, las conexiones con Cercanías, los Bibliometros y las oficinas de gestión de tarjetas de transporte.
David Lozano, gestor de Marketing de Metro y autor del diseño de los actuales planos de bolsillo, resalta que “el principal hito del rediseño del plano llevado a cabo en 2013, fue volver a uno inspirado en el plano introducido en los años 80, cuyas fortalezas eran su fácil lectura, que era intuitivo y con capacidad de orientar geográficamente”.
Posteriormente, Metro hizo un importante rediseño con la misión de lograr un plano más grande, más legible y accesible. Como explica Lozano, “en 2017, para dar respuesta a numerosas peticiones de diferentes colectivos, realicé un rediseño con el objetivo de hacerlo más accesible. Esto supuso todo un reto. No es fácil mostrar una red de la magnitud de Metro de Madrid, con la cantidad de información asociada, en un único documento y que a su vez sea perfectamente legible, intuitivo, orientativo y de un tamaño razonable para poder guardarlo fácilmente”.
El resultado de este rediseño fue un acierto: se logró un aumento de tamaño de un 50% en relación al de 2013, “con un cuerpo mínimo de letra que asegura su óptima legibilidad, con toda la información de la red relevante para el viajero y con un diseño de plegado que lo mantiene en un tamaño de bolsillo”, destaca el diseñador.
En la actualidad, el diseño y la gestión de estas versiones del plano de bolsillo se llevan a cabo desde el servicio de Marketing de Metro de Madrid, que también se encarga de la realización de las ediciones especiales, como la desarrollada recientemente junto a la Asociación de Editores de Madrid: el Plano Literario de Metro, en el que los nombres de las estaciones cambiaron por el de los títulos literarios elegidos por lectores y viajeros de Metro.
Entre estas ediciones especiales destacan los planos producidos por el 95 aniversario de Metro, la serie de planos del Centenario del suburbano o la edición especial de la estación de Gran Vía. Como indica David Lozano, “nos consta que el plano de bolsillo es una pieza que gusta mucho al público, e incluso hay mucha gente que los colecciona. Por este motivo, ponemos un especial interés en el diseño de las portadas, que en los casos de las tiradas especiales de planos conmemorativos tienen mucho éxito”.
La última innovación ha llegado en 2022, ya que Metro de Madrid ha comenzado a difundir el plano de bolsillo en formato digital en las estaciones, a través de un código QR expuesto en los puestos de atención al viajero, que en breve se extenderá a toda la red.
Los usuarios encontrarán dos tipos de códigos QR para la obtención del plano: el primero permitirá su descarga directa, mientras que el segundo servirá para descargar la aplicación oficial de Metro de Madrid que, además de incluir el plano, da acceso a una serie de funcionalidades muy útiles, como la búsqueda de la estación más cercana, el cálculo de trayectos o la previsión de paso de los trenes en las diferentes estaciones.
El plano de bolsillo en papel se mantendrá y seguirá estando disponible en las estaciones. De hecho, se prevé seguir realizando las habituales ediciones especiales, con diseños conmemorativos o alusivos a determinados eventos o momentos históricos.
Los planos de Metro y sus diseños constituyen un atractivo en sí mismos para muchos ciudadanos, que los conservan y coleccionan como auténticos objetos de deseo, como una afición a su historia, a su evolución y a las temáticas que encierran. Los planos de Metro han jugado y juegan un papel importante para miles de madrileños que lo utilizan diariamente y, además, es una parte relevante de la imagen del Metro.
Es un elemento querido por los madrileños, como demuestra el hecho de haber sido elegido en 2010, mediante una votación popular, como uno de los elementos que debían conservarse como símbolo de Madrid en la cápsula del tiempo que se enterró bajo el monumento a Cervantes, acompañando al euro, la Constitución y el mapa de Madrid.
El plano de Metro es mucho más que una herramienta útil: es todo un símbolo de la identidad de Metro y de Madrid que perdura en el tiempo, ahora también en formato digital.