
El primer estirón de la L7 cumple 50 años
La L7 se hacía así poquito más grande y daba servicio a los vecinos del Barrio de la Concepción y el Parque de las Avenidas, alcanzando en total las 10 estaciones. Se trataba de una línea diferente a las demás, puesto que sus andenes pasaban a medir 115 metros, en vez de los 60 o 90 anteriores. Además, introducía en la red el gálibo ancho, que permitía incorporar trenes de mayor anchura y, por tanto, más capacidad.
En concreto, a la L7 se incorporaron los trenes 5000, que contaban con el doble de asientos que los 1000.
El libro ‘Metro de Madrid 1019-2009. Noventa años de historia’, de Aurora Moya, recoge una curiosa anécdota ocurrida en 1973 durante la construcción de este tramo: un conductor despistado accedió por error al túnel a través de una rampa de trabajo situada en la confluencia de la Avenida de América con Francisco Silvela y una vez allí se cruzó con el nieto del fundador de Metro, Carlos Mendoza, que se encontraba visitando las obras. Confundido, le preguntó si por ahí se iba a Barcelona y él le respondió: «No, por aquí se va a América».
En la actualidad la L7 recorre de más de 19 kilómetros y consta de 23 estaciones entre Las Musas y Pitis, a las que en 2007 se sumó el llamado MetroEste con cabecera en Estadio Metropolitano, y registró casi 48 millones de viajeros el año pasado.