La estación de Menéndez Pelayo hace un viaje en el tiempo
Los tótem ornamentales eran una forma rápida y sencilla para que la ubicación de las estaciones fuera visible desde lejos, especialmente por la noche, que era cuando estos elementos se iluminaban. Así, los más despistados no tenían problema en encontrarlas.
Aunque el sistema de señalización de Metro ha evolucionado con los años para hacerse más accesible e intuitivo, la compañía ha querido rescatar aquellos símbolos del metropolitano de comienzos del siglo XX, inspirado en el de París.
Por eso, aprovechando la reforma de la estación de Menéndez Pelayo de la línea 1, el suburbano ha recreado uno de estos tótems. En este caso, tiene una altura de 4, 5 metros, es de forma rectangular y culmina con el antiguo rombo de Metro. Todo un viaje en el tiempo que nos traslada al paisaje urbano del Madrid de hace un siglo.
Esta no es la primera ocasión en la que la compañía hace un gesto parecido. Ya el pasado año, tras la reforma de la estación de Cuatro Caminos, se colocó una farola de 6,3 metro de altura junto al acceso de la Avenida de la Reina Victoria.